Carta de
Mons. D. Gerardo Melgar Viciosa
Obispo de Ciudad Real
Domingo 14 de octubre de 2018
Si hace unos años hubiéramos preguntado quiénes eran los agentes de la evangelización, es decir los responsables de evangelizar el mundo y la sociedad, una gran mayoría de los cristianos hubieran contestado que eran los sacerdotes y los religiosos, que para ello habían respondido a una vocación al sacerdocio y a la vida religiosa, para dedicar su vida al anuncio del evangelio a los demás.
Hoy no hubiéramos respondido lo mismo, centrando la exclusividad de la responsabilidad de llevar el mensaje salvador de Cristo a los demás en los sacerdotes y religiosos, porque poco a poco vamos entendiendo que la misión de la evangelización nos corresponde a todos y cada uno de los bautizados, porque dicha misión se la dio Cristo a toda la Iglesia. Toda la Iglesia existe para evangelizar y sin esa misión no tendría sentido ninguno, quiere decir que si todos los cristianos formamos parte de la Iglesia, somos todos y cada uno de los bautizados los que somos responsables de dicha misión. Así lo expresa el papa Francisco cuando dice: «Todo cristiano, por el hecho de haber recibido el bautismo, es y debe ser un verdadero y autentico agente de evangelización».
Somos todos y cada uno de los bautizados los que somos responsables de la evangelización. Por ello, un cristiano no solo debe plantearse cómo ser buen cristiano él y encarnar el estilo de vida de Jesús, sino que debe preguntarse también cómo ser testigo de la fe en el ambiente en el que cada uno vive, o en aquellos campos que le son más propios, para que los otros, los que no creen, o creen a medias, o son indiferentes a todo lo que se refiere a Dios y a la fe en Él, se planteen desde lo que ven que nosotros vivimos, vivir como nosotros y dar a Dios en la vida la importancia que le corresponde.
Evangelizador y agente de evangelización es y debe ser todo aquel que está bautizado y vive los compromisos de su bautismo.
Agente de evangelización es, por tanto, el sacerdote, que de manera exclusiva y con entrega total dedica su vida a anunciar y dar a conocer a Jesucristo y su mensaje, con su palabra y predicación y con su testimonio de vida, que debe de corroborar lo que dice de palabra, lo que vive en su vida.
Agente de evangelización es el padre y la madre de familia cuando piden el bautismo para sus hijos y los llevan a bautizar, comprometiéndose a educarlos en la fe, para que aprendan a amar a Dios y a valorar la fe y sean un día unos cristianos maduros. Para transmitir los padres la fe a los hijos no solo han de hacerlo con su palabra, que también, sino con su palabra y con su testimonio de vida. Es necesario que los hijos vean la valoración de Dios y de su mensaje en sus padres, que su familia es una familia en la que se reza y se cuenta con el Señor y en ella se tiene la primera experiencia de vida cristiana.
Agente de evangelización es el catequista que ayuda con su catequesis a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos a descubrir más de cerca a Jesucristo, a amarle y a ajustar su vida a sus exigencias. Para ello su vida debe acompañar siempre a su palabra, a lo que se les enseña con la explicación en la catequesis.
Agente de evangelización es la persona que se dedica a la política y defiende en ella los valores cristianos y es consecuente con sus creencias, aunque a veces tenga que no seguir las indicaciones del partido político al que pertenece, y por lo mismo, por su actitud, no poder subir el peldaño que subiría en él si siguiera la disciplina del partido. Y esto lo hace precisamente porque lo que se propone va en contra de sus convicciones cristianas.
Preguntémonos cómo estamos respondiendo desde nuestra vida cristiana a la responsabilidad que todos tenemos como agentes de evangelización; y si no lo estamos haciendo, que sepamos que el Señor cuenta con nosotros y nuestro incumplimiento supondrá siempre un vacío que difícilmente nadie puede llenar si cada cual no responde con generosidad a lo que le pide su condición de cristiano y agente de evangelización de este mundo que nos ha tocado vivir.
✠ Gerardo Melgar Viciosa
Obispo de Ciudad Real