Santa Misa con motivo de la clausura de la fase diocesana del Sínodo

Homilía de Mons. D. Antonio Gómez Cantero
Obispo de Almería

S.A.I. Catedral de la Encarnación, Almería
Sábado, 23 de abril 2022

Nuestra iglesia que peregrina en Almería celebra hoy un día grande, hemos sido convocados a salir por todos los caminos a anunciar con gozo que Cristo vive y que vale la pena ser discípulos del Señor de la Vida y de la Historia.

El evangelio de Pascua que acabamos de proclamar, es una síntesis de las idas y venidas de los primeros días de la resurrección, días de mucho trajín. Y aprendemos de todos esos días una lección: sólo en comunión, unidos, podremos salir de la situación de impase en la que nuestra iglesia europea, y por tanto también, en cierta medida la almeriense, nos vemos embarcados.

Pues nos encontramos varados por los lastres de la historia, que algunos dan como esenciales y no lo son, porque el momento es otro y necesita de nuevas respuestas. Y en esto la Iglesia, desde los primeros tiempos de la evangelización apostólica, ha sido sabia y creativa, porque se ha dejado llevar por los vientos del Espíritu Santo. La inmovilidad, las antiguas estéticas y el anclaje en las relaciones, incluso en entre los mismos bautizados, dividiéndonos en clases de poder, que hemos mantenido en los siglos pasados, no dicen nada a las nuevas generaciones. Sacudámonos el polvo de la historia para que se descubran los colores de la verdadera fe. Solo los grandes santos supieron poner creatividad y novedad, aunque algunos lo son por su silencio. Mantener hoy los paños viejos significan que producirán una ruptura irreparable al quererlos coser con los nuevos. Volvamos a los caminos y fijémonos en las personas que hicieron la evangelización primera.

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¡Verdaderamente ha resucitado!

Carta del cardenal D. Ricardo Blázquez Pérez
Arzobispo de Valladolid

Abril 2022

La palabra “Pascua” es originalmente un vocablo hebreo “Pesaj”, que designa la fiesta principal judía y cristiana. Los judíos en la “pesaj” conmemoran la salida de Egipto, es decir, la liberación de la esclavitud que como pueblo Israel padecía, Jesús la celebró anualmente como israelita fiel. Los cristianos celebramos la resurrección de Jesucristo que es la fiesta suprema y más antigua de la Iglesia. En la última Cena con sus discípulos anticipó Jesús el cambio del contenido nuevo, en el marco de la fiesta de Pascua (cf. Jn. 13, 1; Mt. 26, 17; Mc. 14, 12-16; Lc. 22, 14 ss.). La Iglesia en la fiesta anual de la Pascua y en el Domingo que es la pascua semanal celebra el memorial de la resurrección de Jesucristo, el paso de la muerte a la Vida (cf. Sacrosanctum Concilium 102 y 106). Este año celebramos la Vigilia Pascual la noche del día 16 y el domingo día 17 comienza la cincuentena pascual, hasta la fiesta de Pentecostés, el domingo 5 de junio. Como celebramos a lo largo del año muchas fiestas y, además, en la sociedad se nos proponen sin cesar numerosas jornadas para subrayar la importancia de realidades humanas y sociales básicas, en esta situación es necesario que lo principal no se allane al nivel de otros motivos cristianos y sociales. Lo primordial es fundamental y lo derivado es de menor orden e importancia.

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