
El Arzobispo de Valladolid
PIDAMOS EL DON DE LA LLUVIA Y TRABAJEMOS POR EL BIEN COMÚN
Un creyente no deja de leer los acontecimientos para descubrir en ellos la presencia y la llamada del Señor.
Vivimos una larga sequía en un verano de calor y guerra. La escasez del agua es ya dramática y las consecuencias de la guerra, en medio de la gran lucha global, nos hacen avizorar dificultades económicas quizás inéditas para las generaciones más jóvenes.
El Señor también pasa y se hace especialmente presente en los que sufren en su propio cuerpo estos problemas; desde ahí nos llama a la conversión que se manifiesta en la oración, el ayuno y la limosna.
Oración
Por ello hermanos de la Diócesis de Valladolid os convoco a orar, pidiéndole al Señor el don de la lluvia y el bien común de la paz. Queridos presbíteros invitad al pueblo santo de Dios a esta rogativa en la Eucaristía y en la Liturgia de las Horas. (Cfr. Misa para pedir la lluvia; Misa por la paz y la justicia) En la próxima fiesta de la Virgen que tantas advocaciones tiene entre nosotros, solicitémosle su intercesión.
Ayuno
Nuestra oración ha de estar acompañada por la reducción del consumo de agua y de energías básicas de manera que no despilfarremos el agua tan escasa y necesaria. Para fijar el criterio del despilfarro hay que mirar a los que menos tienen.
Limosna
Las crisis generan desigualdades en sus concrescencias y exigen combatir sus causas, en la medida que dependan de la voluntad humana. Por eso os invito a la “limosna” del compartir con los que menos tienen y al compromiso público en favor del bien común en los ambientes e instituciones económicas o políticas de las que formamos parte. Animo a nuestros representantes públicos, en el poder y en la oposición, a buscar caminos de encuentro y colaboración de todos los cuidados en favor del bien común.
Valladolid, 10 de agosto de 2022, festividad de San Lorenzo

✠ Luis J. Argüello García
Arzobispo de Valladolid