Cuestión de fe

Carta de Mons. D. Santos Montoya Torres
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

Quien siga los acontecimientos de la diócesis estará al corriente de la ordenación sacerdotal que tuvo lugar en el Seminario de Logroño, el día 1 de octubre, memoria de Sta. Teresita del Niño Jesús. Le transmitimos nuestra enhorabuena al neopresbítero y damos gracias a Dios porque un nuevo sacerdote se suma al ejercicio ministerial en La Rioja.

Con motivo de este acontecimiento diocesano, ha surgido de nuevo la pregunta sobre las vocaciones sacerdotales y el posible relevo sacerdotal, que, de momento pasa por un momento complicado. Algunos medios se han hecho eco de esta preocupación y nos han preguntado sobre el futuro vocacional a la luz de los datos actuales.

Por otra parte, para poner en práctica los objetivos pastorales de este curso, se están formando diversos Equipos de Misión, compuestos por laicos, hombres y mujeres, personas consagradas, y diáconos, que, en coordinación con los párrocos de diferentes zonas, puedan ofrecer la Eucaristía dominical en todos los rincones de nuestra diócesis, además de otras atenciones pastorales que sean precisas.

Entendiendo que no podemos dejar de intentar llegar a todos los lugares donde haya una comunidad cristiana, ya sea a través del sacerdote, o de estos Equipos de Misión, para que no falte el pan de la Eucaristía, nos tendríamos que preguntar si esto es suficiente. Pudiera ocurrir que, siendo capaces de llegar a todos los lugares de La Rioja, muchas personas no quieran participar de nuestra liturgia. De hecho, nos encontramos que en diversas poblaciones el número de fieles es muy reducido con respecto a los habitantes del lugar.

Quizá la cuestión resida en pensar cómo abrir el apetito de las cosas de Dios, cómo hacer crecer la fe en una persona para que llegue a reconocer que este don es lo más importante que le ha podido ocurrir, hasta el punto de cuestionarse cómo dirigir su vida según este enfoque.

Todo apunta a que el problema vocacional, vaya en la dirección que vaya, es cuestión de fe. Eso sí, sólo Dios sabe cómo y cuándo puede surgir la chispa que afiance o ponga en marcha la vida cristiana y la orientación concreta que pueda seguir. Un golpe de la gracia, un testimonio de fe en cualquier campo y momento, una crisis, un gesto de humanidad, una palabra, etc. Quién sabe. Independientemente del ámbito en el que se produzca, sabemos que hay un elemento que se repite siempre, que es sensible a la realidad y dispone a la acción, que abre los ojos y el deseo de Dios: la vida de oración.

¿No será esta una clave que haya que cuidar para crecer en la fe y descubrir el papel que cada uno debe ocupar en la Iglesia y en el mundo? ¿Y si repasamos nuestra oración personal y comunitaria, y caemos en la cuenta del tesoro que este diálogo nos ofrece? No demos por hecho que ya sabemos rezar y que, por tanto, ya nada se nos puede ofrecer en este sentido. Animémonos y eduquémonos en este camino que, según dicen los que saben, conduce a la visión de Dios. Es cuestión de fe.

✠ Santos Montoya Torres
Obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño

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