JOSÉ MANUEL LORCA PLANES, POR LA GRACIA DE DIOS Y DE LA SANTA SEDE APOSTÓLICA, OBISPO DE CARTAGENA EN ESPAÑA
La persona y la vida de San José tienen en la historia de nuestra salvación una importancia que ha sido reconocida siempre por la Sagrada Liturgia y las leyes canónicas al proponer su fiesta como día de precepto (cf. canon 1246). Tradicionalmente el pueblo cristiano ha secundado esta norma dando un significativo realce familiar y social a la fiesta del 19 de marzo.
Atendiendo a que el 19 de marzo de este ario coincide con el IV Domingo de Cuaresma, la Conferencia Episcopal Española ha decidido trasladar al lunes 20 de marzo la celebración litúrgica de la solemnidad de San José. A pesar de que ese día es laborable en nuestra Región, he decidido mantener en nuestra Diócesis el carácter festivo del día. En consecuencia, y para conocimiento de los fieles, DISPONGO:
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 12 de marzo de 2023
En la primera lectura de este domingo se retrata el corazón humano, sus angustias, la constante búsqueda de felicidad, sus soledades y tinieblas; en el fondo, la persona anda buscando apagar su sed: la falta del conocimiento de Dios. En el salmo se apunta un camino definitivo, una respuesta satisfactoria: tenemos el corazón cerrado a la verdad, demasiado endurecido por las enemistades, los amores descarriados, y andamos buscado el agua que calme nuestra sed. Hoy tendremos la suerte y la oportunidad de encontrarnos con Cristo, el verdadero protagonista de esta historia, como fue el caso de la samaritana. Jesús se sentó junto al pozo de Sicar y esperó. Pronto llegó la samaritana. Nos preguntamos ¿quién buscaba a quién? o ¿quién encontró a quién? Jesús fue capaz de cansarse, de sentarse fatigado y rendido a mediodía, de tener sed… y, al mismo tiempo, habló al corazón de la samaritana para anunciarle el don mesiánico del Espíritu, el fruto de su resurrección; el Señor le llegó muy hondo a esta mujer samaritana cuando le dijo que con el agua que él le daría no volvería a tener sed, que de ese momento en adelante no tendría que ir buscando fuentes de agua para calmar su sed de felicidad, porque esa felicidad que buscaba está en Jesucristo. Cristo no condena las aguas de la tierra, sino que ofrece el agua que salta hasta la vida eterna. La samaritana, que solo pensaba en el agua para el uso de la vida ordinaria, se sorprendió tanto que le pidió: «Señor, dame esa agua»; la razón era simple: «Así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla». Pero Jesús le exigió una sincera conversión antes de dar el agua del Evangelio.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 5 de marzo de 2023
El conjunto de las lecturas de este domingo se puede presentar como explicación de un doble itinerario: el del hombre hacia Dios y el de Dios hacia el hombre. La iniciativa, no obstante, en ambos itinerarios, pertenece a Dios: Él es quien llama al hombre a una vocación santa, a una bendición misteriosa. Él es quien nos presenta a Jesucristo, su Hijo amado, para que le escuchemos y le sigamos, y seamos así partícipes de su gloria. En el salmo vemos cómo el amor de Dios acompaña al hombre en su itinerario de búsqueda y cómo Dios nos libera de la muerte, este es el fundamento de nuestra esperanza.
Estamos en el tiempo especialmente dedicado a rehacer nuestra vida cristiana. El itinerario de Dios hacia el hombre subraya la condición salvífica del misterio pascual. A pesar de que después de la transfiguración los discípulos continuaron con Jesús, solo después de contemplar su gloria. Han podido comprobar que Jesús no es simplemente un hombre como los demás, es el Hijo de Dios a quien hay que escuchar, porque el Padre lo ha enviado para revelarnos que nos ama. Si solo fuera un hombre, su mensaje acabaría con una muerte injusta; pero porque es el Hijo, esta muerte es el acto supremo de fidelidad al Padre, la explosión del amor de Dios que salva a los hombres.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 26 de febrero de 2023
Acabamos de comenzar la Cuaresma. El Miércoles de Ceniza se nos impuso la ceniza como un signo de penitencia, de acercarnos a Jesús; de vivir entrañablemente la condición de lo que somos: hijos de Dios. De lo que se trata es de que, en estos 40 días que tenemos, nos identifiquemos todavía más con Nuestro Señor. Porque la invitación que nos hace la Iglesia es a convertirnos de verdad, convertirnos totalmente, entrando en una dinámica de austeridad, reflexión y sacrificio, que evidentemente lleva consigo vivir con transparencia delante de Dios.
La conversión a la que nos llama la Iglesia es individual y comunitaria. No solamente tengo que convertirme yo, sino la comunidad de los hermanos, todos los cristianos. Porque, en definitiva, la tarea es parecernos del todo e imitar del todo a Jesús.
Porque, ¿qué es convertirse? ¿A qué nos llama la Iglesia? Jesús, en el texto del Evangelio de este domingo, prácticamente nos enseña a esto. Convertirnos es volver a la alianza; volver a valorar la voluntad de Dios, como nos ha enseñado Jesús, con fidelidad; una fidelidad total, la fidelidad al Dios verdadero. Y mantenernos en ella, porque la Palabra de Dios nos invita, precisamente, a permanecer, a estar siempre cerca del Señor. Todo lo que nos estorba, lo que nos perturba, lo que nos quita la paz, tenemos que arrancarlo. Esa va a ser la actividad en este tiempo, pero porque estamos fortalecidos por la ayuda de Dios y la gracia de Dios. No va a costar tanto. Únicamente hay que decidirse. Porque vivir en cristiano no es volver a repetir otro año más lo vivido el año anterior, no. Debe ser fruto de un encuentro: el encuentro con Nuestro Señor Jesucristo, que nos lleva fundamentalmente a vivir como hijos de Dios, valorando la voluntad de Dios, que es lo que escucharemos en el Evangelio este domingo.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 19 de febrero de 2023
Esta semana, como cada domingo, después de escuchar la Palabra de Dios, somos invitados a mirarnos en el espejo de Cristo, a escuchar y aceptar su Palabra viva, orientadora, que nos propone las características del ser y obrar cristiano. El Señor Jesús nos ha llamado a llevar su estilo de vida y su misión, y a alejarnos con decisión de las influencias del mundo que, con sus seducciones, al final termina infectándote de odio, de venganzas o de rencor. El que sigue a Nuestro Señor tiene muy claro que su forma de vida está muy definida por el amor, y que amar a los demás, perdonar, curar y servir, como nos enseña Jesús, nos lleva a ser compasivos y misericordiosos. El amor y la caridad hacia el prójimo aparecen como una consecuencia absolutamente ligada a nuestra fe en Dios. Jesús, en el evangelio, ha concretado con detalles esta ley del amor. Esto da la explicación para que un cristiano no se deje llevar, por ejemplo, por la ley del talión, del «ojo por ojo, diente por diente».
Prestemos atención al evangelio de este domingo, a las palabras del Señor, porque nos conducen a aprender a amar de verdad e intentar vencer el mal con el bien, a poner la otra mejilla, a regalar la túnica y recorrer con el que te extorsiona no solo una milla, sino dos. Estas expresiones que aparecen en el evangelio son propias del nuevo estilo. El amor es darse gratuitamente y dice de relación, de fraternidad, de cercanía a los demás; se trata de establecer un tipo de relación donde el amor supera todo límite y todas las previsiones de respuesta. Nunca hasta que uno es padre, sabe hasta dónde es capaz de amar, de luchar, de sacrificarse, de entregarse. Cristo no nos enseña solo un estilo civilizado de convivencia, sino uno claramente superior: un estilo basado en el amor gratuito, desinteresado, cosa que no ofrece precisamente este mundo.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 12 de febrero de 2023
Cristo es el intérprete definitivo de la ley nueva, al poner de relieve las exigencias profundas de la voluntad de Dios, que Él ha venido a cumplir y dar plenitud «hasta la última letra o tilde». Sin quedarse en las minucias, nos enseña que para pertenecer al «reino» hay que vivir en fidelidad y coherencia total con la voluntad de Dios. La serie de antítesis que se leen en el Evangelio de este domingo son un ejemplo claro de cómo hay que actualizar la voluntad divina para alcanzar la salvación. Jesús pone en primer lugar la necesidad del perdón y del amor fraterno, la reconciliación, la fidelidad a la palabra dada, que son la base y el vértice de la vida de un creyente. Por eso, exige que antes de llevar tu ofrenda al altar debes reconciliarte con tu hermano; sin crear dificultades, ni enemistades, sino habiéndose perdonado, recomponiendo la fraternidad; en cuanto al matrimonio, mantener el respeto y la mutua valoración con una entrega generosa y total, en fidelidad y pureza, en unidad y comunión. Hablando con claridad, que nos va a costar, pero es necesario obedecer al Señor y evitar enojarse con el hermano o enfadarse con él, no despreciarlo. Pero si la debilidad humana te ha llevado a disgustarte con él, debes remediarlo inmediatamente si quieres que tu ofrenda sea agradable a los ojos de Dios.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 5 de febrero de 2023
El cristiano está llamado, en primer lugar, a ser sal de la tierra. Con la sal damos sabor a las comidas, de lo que se desprende que el cristiano está llamado a dar sabor a la vida, dar sabor y valor a la humanidad. Pero el Evangelio nos advierte del peligro de perder esa capacidad de manifestar con palabras y obras el testimonio del Evangelio, por eso habla de «si la sal se vuelve sosa…», entonces, sería totalmente inútil, también lo sería la comunidad si no hiciese presente en el mundo las obras de la fe. El Señor nos pone ejemplos sencillos, fáciles de entender para sus oyentes, pero tienen mucho sentido, ya que nos están invitando a entender que debemos ser testigos y profetas en medio del mundo, no precisamente con discursos, sino con el testimonio de nuestra propia vida.
«Vosotros sois la luz del mundo», nos dice Jesús. Esta imagen de la luz es usada con frecuencia en el Evangelio y lo que significa es que quien vive la experiencia de la fe puede ver las cosas en su realidad y andar por el camino correcto. La fe en Jesús Resucitado es la luz que puede dar respuestas a todas las inquietudes del hombre. Recordad las palabras del Señor: «Yo soy la luz del mundo, y el que me sigue no anda en tinieblas». El tema más interesante es que Jesús nos hace partícipes de su luz, llamados a prolongar su acción en el mundo, y nosotros debemos ser luz para los demás, esa es la misión evangelizadora que todos los cristianos tenemos encomendada.
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 29 de enero de 2023
Este domingo conviene detenerse un tiempo para dejar que calen las lecturas de la Palabra de Dios en nuestro interior, estas son unas de las más bellas palabras de Nuestro Señor para todos nosotros, son las palabras más importantes, nuevas, comprometedoras y densas de toda la Biblia. Jesús nos llama bienaventurados a todos los que estamos invitados a vivir con el estilo especial de la llamada al reino de Dios. Felices, porque Dios se ha comprometido con todos nosotros, Dios mismo se ha hecho uno de nosotros y nos ha hablado al corazón. Jesús le ha dado la vuelta al sentido de la vida que tienen algunos, se ha hecho pobre con los pobres y ha pasado por la experiencia del sufrimiento; ha llorado, ha sido misericordioso y limpio de corazón, y ha trabajado por la paz y lo han perseguido hasta la muerte, experimentando en su propia carne la vida más humana.
Lo que quiere Dios de nosotros está bastante lejos de lo que le gusta al mundo. En la primera lectura se invita al pueblo de Israel a la moderación, la pobreza, la humildad, la honradez, a la búsqueda de la paz y la verdad; todo lo contrario de los que se buscan a sí mismos y han puesto sus esperanzas en sus riquezas. El «resto de Israel», depositario de las promesas, será un pueblo humilde y pobre, que para Sofonías es como decir, ser justos y vivir pendientes de hacer la voluntad de Dios. En el salmo hemos repetido que en la presencia de Dios no van a ser felices los embusteros y los que se salen con la suya, sino los humildes. Dios ayuda a los que sufren, a los que están en búsqueda, mientras que «trastorna el camino de los malvados». Pablo quiere que los cristianos reflexionen y que saquen las consecuencias para la vida, que entendamos que Dios elige lo pequeño, lo insignificante, al pobre, pero con su ayuda, lograrán cosas notables, porque quien tiene a Dios lo tiene todo.
Homilía de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
S.I. Catedral de Santa María, Murcia Lunes, 16 de enero de 2023
Mons. Francisco Gil Hellín, vicario general y vicarios episcopales; Cabildo de la Santa Iglesia Catedral; Rector del Seminario Mayor San Fulgencio y rector del Redemptoris Mater; Formadores de los seminarios; Queridos sacerdotes, religiosos y religiosas; Diáconos, seminaristas; Queridos laicos y voluntarios; Hermanos y hermanas.
Este día es muy importante para esta Iglesia, más en estos tiempos que corren. La figura de san Fulgencio, recio defensor de la fe y fiel a la voluntad de Dios, debe ser un espejo donde nos miremos, porque nos servirá de modelo de vida en la entrega y en la respuesta a Dios. La situación ahora no es fácil, por la machaconería del laicismo, aunque estas dificultades nos exigen a los cristianos la coherencia de la fe y la fortaleza en los valores evangélicos para poder dar razón de nuestra esperanza, vamos, se nos pide una mayor fortaleza en la vida de fe y coherencia para vivirla. Es natural que se nos exija actualizar nuestra formación cristiana y renovar los compromisos de fidelidad y comunión en la Iglesia, sin avergonzarnos de nuestra condición de creyentes cristianos católicos. Ya habéis visto que este año se están dando muchas oportunidades para acercarnos al Señor potenciando los ejercicios de piedad y la vida de oración. ¿Quién mejor que Nuestro Señor para fijarnos en el modelo de confianza en el Padre?
Carta de Mons. D. José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena en España
Domingo, 15 de enero de 2023
Este domingo segundo del Tiempo Ordinario mantiene la fuerza de la manifestación del Señor, celebrada en la solemnidad de la Epifanía, como un eco de la Navidad. Jesús es presentado como el Cordero, el Siervo de Dios, que quita y borra el pecado del mundo. Jesús es el Mesías -según la promesa al pueblo judío- y su camino es de servicio. Ya vemos cómo su misión es la de un servidor absolutamente humilde, pobre, sencillo… y que así conseguirá la victoria. Se presenta como Cordero de Dios, como un signo de paz, de silencio, de docilidad y de obediencia. Isaías define al Mesías como cordero que no abre la boca cuando lo llevan al matadero y que herido soporta el castigo que nos trae la paz. El Cordero inocente, con su muerte, puso su vida a disposición de Dios para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado, esta será la inauguración única y definitiva de la ofrenda grata al Padre del cielo. Jesús será nuestro modelo a imitar y el cristiano aprende de Él a ser testigo de la salvación y de la paz. Comencemos este ciclo prestando mucha atención a la Palabra, porque la fe y el amor del creyente han de servir a muchos para encontrarse con el Salvador. Jesús abrirá para todos un mundo de perdón, de esperanza y de vida.