Las comunidades monásticas, pulmones verdes y oasis

Carta de Mons. D. Sergi Gordo Rodríguez
Obispo de Tortosa

Domingo, 26 de mayo de 2024

Estimados diocesanos, amigos y amigas: hoy, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, celebrando la jornada que anualmente se dedica a la vida contemplativa, os invito a unirnos en oración con las comunidades monásticas presentes en nuestra diócesis de Tortosa, en nuestro caso todas ellas femeninas.

Algunos quizás se preguntan qué sentido y qué valor tiene que, en un mundo con tantas urgentes situaciones de necesidad, haya personas que se “encierren” en un monasterio de clausura; o qué eficacia puede tener la oración de los monjes y monjas para solucionar los numerosos problemas que tenemos en nuestra sociedad. Y, aun así, todavía hoy, continúa habiendo quien abandona un futuro profesional prometedor y se compromete en una vida fraterna en comunidad, bajo una regla, en el silencio y la meditación. Hay quienes plantean la siguiente cuestión: ¿no harían mejor en dedicar sus esfuerzos y energías a la misión, al apostolado, fuera del monasterio?

Los monasterios, aparentemente inútiles, en realidad nos hacen bien a todos. Como dijo en una ocasión el Papa Benedicto XVI, las comunidades monásticas son “como los pulmones verdes de una ciudad.” La oración de los monjes y monjas es como el oxígeno que nos ayuda a no asfixiarnos ante tantos desafíos que a menudo pueden agobiarnos, es como la fuerza invisible que sostiene la misión.

El Papa Francisco hace unos años nos hacía pensar con las siguientes preguntas: “¿qué sería de la Iglesia sin la vida contemplativa? (…) ¿Qué sería de la Iglesia y del mundo sin los faros que señalan el puerto a quien está perdido en alta mar, sin las antorchas que iluminan la noche oscura que estamos cruzando, sin los centinelas que anuncian el nuevo día cuando todavía es de noche?” Y en una catequesis suya del 26 de abril de 2023 hacía esta sugerente afirmación: “Entre monjes y monjas existe una solidaridad universal, cualquier cosa que suceda en el mundo encuentra un lugar en sus corazones y rezan. El corazón de los monjes y monjas es un corazón que capta como una antena, capta lo que sucede en el mundo y rezan, e interceden.”

Estimados diocesanos, amigos y amigas: damos gracias al Señor por todas y cada una de las monjas presentes en los monasterios de nuestra diócesis tortosina. Visitémoslas participando en la eucaristía y en el rezo de la Liturgia de las Horas. Roguemos por las vocaciones en la vida contemplativa. Que nunca les falte nuestro apoyo espiritual y también material. Que siempre que podamos visitemos estos “oasis” donde podemos rezar bebiendo en las fuentes del Espíritu.

✠ Sergi Gordo Rodríguez
Obispo de Tortosa

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