Confirmaciones. Una asignatura siempre pendiente

Carta de Mons. D. Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo, Primado de España

Domingo, 28 de mayo de 2023

Partiendo de la realidad del esfuerzo que hacen los sacerdotes y los catequistas para que el sacramento que colma la iniciación cristiana sea un auténtico sacramento que forme y lleve a nuestros chicos y chicas, para que, desde un encuentro con Jesús, a través del proceso formativo, sean testigos del amor de Jesús para la vida de un mundo en permanente crisis. El sacramento de la confirmación es una asignatura siempre pendiente.

Tres son los subrayados que después de mi experiencia de estos tres años he comprobado con sus luces y sombras en torno a este sacramento de la confirmación.

1. Baja el número de los que se confirman y sube la dedicación de toda la Iglesia por cuidar este sacramento. La Conferencia Episcopal habla de que este sacramento se administre en torno a los 15 años. Es muy importante para vivir la comunión diocesana el que se aplique el decreto diocesano de los sacramentos de iniciación cristiana, como se afirma en el directorio. Sigue habiendo un grupo significativo que pide la confirmación en nuestra archidiócesis. Recordando que el ministro «originario» es el Obispo, que puede delegar en un vicario o sacerdote.

Recordad que son tres años de catequesis para los que se quieran confirmar. Que no haya demasiadas excepciones.

2. Hay que seguir cuidando con esmero la celebración del sacramento de la confirmación. El esfuerzo que se hace es inmenso y agradezco a los sacerdotes y catequistas su trabajo. Cuidad los cantos litúrgicos, participativos y alegres, como corresponde siempre, especialmente cuando están presentes los chicos y chicas.

Que se explique clara y sencillamente la celebración litúrgica. En el momento de la imposición de manos, como de la crismación, me parece más significativo que los que puedan se arrodillen. Siempre que se invoque al Espíritu Santo la humildad nos exige acogerlo en un clima de adoración, que se realiza de rodillas.

Durante la crismación, que no se cante, para que todos los que asisten a la celebración escuchen claramente el nombre del que se va a confirmar por parte del padrino y que se vea y escuche el momento clave de la confirmación, para que los padres, familiares, amigos y toda la comunidad se de cuenta del momento en que su hijo, su amigo, está recibiendo por «esta señal el don del Espíritu Santo». Al final del último confirmado se canta un canto al Espíritu Santo.

3. Llamada a la continuidad. El sacramento de la confirmación no puede convertirse en el adiós a la Iglesia de los chicos y chicas que se confirman. Las estadísticas así lo dicen, que pocos son los que perseveran después de ser confirmados.

Hemos tenido muchas iniciativas para que esto no suceda. La última, la gran convocatoria de todos los que se confirman, es la realizada por el Arzobispo en Talavera de la Reina con todos los chicos y chicas que se confirman en el año. El objetivo era una llamada a continuar, a que se inserten en los grupos parroquiales, asociaciones, movimientos, con tal de que sepamos que es ahora cuando con la fuerza del Espíritu Santo debemos continuar tomándonos en serio la santidad y la evangelización. En este encuentro en Talavera de la Reina bajo el manto de la Virgen del Prado, se ha insistido a todos los que se confirman que deben continuar y vivir el compromiso que han adquirido por este sacramento.

También en las parroquias donde se confirman, tanto antes de que se celebre el sacramento como después de la celebración, es necesario insistir a los chicos y chicas que sigan formando parte de nuestros grupos cristianos juveniles parroquiales.

Sigo creyendo y animo a la Delegación de Catequesis y de Pastoral de la Adolescencia y Juventud (SEPAJU) que unidos los catequistas de confirmación y los animadores de pastoral de jóvenes, den pasos de tal forma que a los que se confirmen se les ofrezca un movimiento de grupos juveniles que exista en todas las parroquias, unos Grupos Parroquiales Diocesanos, (GPD) que comiencen a formarse como el movimiento parroquial de la archidiócesis de Toledo, que tiene como objetivo que se sigan ofreciendo espacios de oración, de formación y de evangelización. Animo a que este fruto de la confirmación se vaya consolidando.